Cien Años de Soledad
ANA LUCIA LIRA 4 "A" |
Cien Años de Soledad
Autor de la obra: Gabriel García Márquez
(Colombia) ganador en 1982 del Premio Nobel de
Literatura.
Cien Años de Soledad trata de:
Luego de asesinar a su compadre, José Arcadio Buendía y
Úrsula Iguaran se van de su pueblo con varios de sus vecinos para fundar
lo que después llamarían Macondo. Estaba conformada por 20 casas de barro y
cañabrava construida a orillas de agua de aguas diáfanas. La familia Buendía
temía por la aparición en una de sus generaciones del niño cola de cerdo
producto de relaciones incestuosas.
Al fundarse el pueblo, muchas cosas eran desconocidas, hasta
las más elementales. Todos los años por el mes de marzo, una familia de gitanos
plantaba su carpa cerca de la aldea, y con gran alboroto de pitos y timbales
daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. El jefe era un
gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el
nombre de Melquíades.
José Arcadio y Úrsula tuvieron 4 hijos: José Arcadio,
Amaranta, Aureliano y Rebeca (que era adoptada).
Rebeca y Amaranta estaban enamoradas de un mismo hombre:
Pietro Crespo, pero al preferir a Rebeca, Amaranta le desea la muerte a su hermana,
hasta que finalmente muere y se siente culpable. Paso tiempo después y Rebeca
se da cuenta que Pietro no era su verdadero amor, así que se enamora de José
Arcadio, su medio hermano, ellos se casaron y se mudaron a una pequeña casa al
lado del cementerio, posteriormente José Arcadio muere y misteriosamente poco
tiempo después muere Rebeca.
Aureliano tuvo 17 hijos con 17 mujeres diferentes, pero
todos sus hijos murieron misteriosamente en el bautizo cuando la cruz quedo en
la frente de cada uno de ellos. Luego se casa con una mujer llamada Remedios,
con la cual tiene 2 hijos morochos que son José Arcadio y Aurelio, estos dos
hermanos tenían características muy parecidas ya que estos se intercambiaban de
ropa y de personalidades y eran capaces de engañar a mucha gente incluyendo a
sus padres, pero la única mujer que los podía reconocer era Úrsula, su abuela.
En marzo del año siguiente los gitanos volvieron, esta vez
llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor. José Arcadio que aún
no había acabado de consolarse por el fracaso de los imanes decidió cambiarlos
junto con unas monedas de oro que tenía Úrsula que las estaba guardando para
una ocasión especial, José Arcadio creía que podía usar como arma pero realizo
una prueba con su brazo y tubo quemaduras y ulceras que tardaron mucho en
curarse.
Melquíades muere y regresa de la muerte para mostrarle
a los Buendía unos pergaminos con la historia de Macondo escrita hace 100 años
por el mismo. Anuncia aquí el nacimiento del niño de cola de credo y Macondo
disuelto en una nube de polvo que lo hará desaparecer.
Durante la novela se observa con especial atención la
llamada etapa de falso progreso, en donde se crea una industria bananera y que
atrae a extranjeros a Macondo para poner en práctica varios proyectos, entre
ellos la elaboración de un ferrocarril. Al final de muchos tropiezos y
negociaciones todo fracasa y se comienza una lluvia que dura 4 años, 11 meses y
2 días. Hablamos entonces de otra etapa donde las personas dejaron de salir de
sus casas y fue olvidando todo su rededor incluso el nombre de los objetos que
usualmente nombraban.
Finalmente Aureliano Babilonia Buendía y Amaranta Úrsula
Buendía engendran al niño cola de cerdo que al ser comido por las
hormigas acaba con la estirpe de los Buendía.
Fragmentos de la obra Cien Años De Soledad:
1) Pocos días después descubrió que
tenía dificultades para recordar casi todas las cosas del laboratorio. Entonces
las marcó con el nombre respectivo, de modo que le bastaba con leer la
inscripción para identificarlas. Cuando su padre le comunicó su alarma por
haber olvidado hasta los hechos más impresionantes de su niñez, Aureliano le
explicó su método, y José Arcadio Buendía lo puso en práctica en toda la casa y
más tarde la impuso en todo el pueblo. Con un hisopo entintado marcó cada cosa
con su nombre: mesa, silla, reloj, puerta, pared, cama, cacerola. Fue al corral
y marcó los animales y las plantas: vaca, chivo, puerca, gallina, yuca,
malanga, guineo. Poco a poco, estudiando las infinitas posibilidades del
olvido, se dio cuenta de que podía llegar un día en que se reconocieran las
cosas por sus inscripciones, pero no se recordara su utilidad. Entonces fue más
explícito. El letrero que colgó en la cerviz de la vaca era una muestra
ejemplar de la forma en que los habitantes de Macondo estaban dispuestos a
luchar contra el olvido: Esta es la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas
para que produzca leche y a la leche hay que hervirla para mezclarla con el
café y hacer café con leche. Así continuaron viviendo en una realidad
escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que había de
fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra
escrita.
2) “Remedios, la bella, se quedó vagando por el
desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin
pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus
hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que
Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las
mujeres de la casa. Apenas habían empezado, cuando Amaranta advirtió que
Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa.
— ¿Te sientes mal? —le preguntó.
Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro
extremo, hizo una sonrisa de lástima.
—Al contrario —dijo—, nunca me he sentido mejor.
Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado
viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su
amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus
pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en
que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la
única que tuvo la serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento
irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la
bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las
sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los
escarabajos y las dalias, y que pasaban con ella a través del aire donde
terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los
altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria”.
Recursos Literarios: Hipérbole
En "Cien Años de Soledad”, todo aparece envuelto
en la exageración. Por esta afirma Ricardo Gullón
que "el comienzo de la novela es el génesis y su final. El
apocalipsis". La exageración hiperbólica a veces produce efectos cómicos.
Constantemente observamos la exageración de "las propiedades de los
seres, los objetos y la situaciones".
Para Mario Vargas Llosa en esta novela 2 la hipérbole es un
recurso usado con tanta frecuencia que se vuelve característico de la realidad
ficticia".
Un tiempo atrás Márquez hizo una afirmación: "lo mágico
puede transformarse en lo real con la misma facilidad que lo real en lo mágico
y no hay un lugar que sea más real, o mágico, que otro, porque todo puede
intercambiarse y todo es parte de la misma realidad total.
La primera hipérbole que podemos ver esa la demostración que
hizo Melquíades, en el tema de la ciencia cuando en uno de sus viajes a Macondo
va de casa en casa presentando a la gente dos imanes que cogían todos los
artículos metálicos de la casa y que hacían crujir las maderas. Con esto el
autor quiso exagerar el poder del gitano al atraer todo con sus imanes y
precisamente ese poder es el que le ayudará a escribir la historia de la
familia de los Buendía antes de que suceda.
La segunda hipérbole: Ésta la podemos encontrar cuando
Aureliano va a casa de la prostituta mulata y cuenta que antes de él habían
pasado por su cuarto sesenta y tres hombres y que de tanto ser usado y lleno de
sudores y suspiros, el aire de la habitación se había convertido en lodo.
La tercera hipérbole: Podemos encontrar otra exageración en
un descendiente de José Arcadio Buendía, llamado del mismo nombre José Arcadio,
el cual "se comía medio lechón en el almuerzo y cuyas ventosidades
marchitaban las flores". El mensaje de esta oración puede impresionar al
lector ya que el autor mezcla las ventosidades que es algo poco agradable con
las flores que es algo delicado y bonito. . Esto es muy propio de Márquez ya
que "no distingue desde el principio entre lo trascendental y lo inmanente,
entre lo extraordinario y lo ordinario".
La cuarta hipérbole: Otra hipérbole que nos interesa es la
del Coronel en el caso de los números: -"promovió treinta y dos
levantamientos armados y los perdió todos”, - tuvo "diecisiete hijos
varones de diecisiete mujeres distintas", -"Escapó a catorce
atentados, a setenta y tres emboscadas y a un pelotón de fusilamiento",
-"Sobrevivió a una carga de estricnina en el café que habría bastado para
matar a un caballo"
Característica del lenguaje en la obra:
En Cien años de soledad, igual que en el mundo
real, existen varios niveles de lenguaje, que requieren niveles diferentes de
explicación.
La primera observación que se impone al leer Cien años
de soledad es la vastedad de su lenguaje. Para García Márquez no hay
palabra desaprovechable en el diccionario, desde los abundantes coloquialismos
hasta las palabras tabú. Dentro de la novela existen diferentes formas de
narrar, entre las que está lo cómico, el humor, la parodia y la ironía.
En sus aspectos coloquial o literario, el lenguaje tiene
en Cien años de soledad, una función general de aislamiento más que de
comunicación.
Existe un cambio permanente en el lenguaje. Hay dos
principios que se respetan a lo largo de toda la novela: el área lingüística de
cada personaje.
Para el crítico Ricardo Gullón el tono voz del narrador para
comunicarse con el lector "es el principal agente unificador de esta
novela". García Márquez presenta los hechos en forma directa, sin
detenerse a interpretarlos o juzgarlos, sin establecer diferencias entre lo
real y lo fantástico, con la mayor, naturalidad, situación que mantiene a lo
largo de toda la narración. En el espacio novelesco de "Cien Años de
Soledad", tienen idéntica verdad de los sucesos demostrables y los fabulosos
por lo que "todo es verdad y todo es mentira".
Esta naturalidad hace que García Márquez rompa con todas las
convenciones del realismo literario y haga además que el lector se incorpore a
ese mundo como si formara parte del mismo.
Características de la Novela:
- Tiene
una estructura circular, ya que a lo largo de la historia se repiten
hechos de forma periódica. No hay regularidad estructural.
- Los
mismos nombres y características de los personajes se heredan de
generación en generación.
- Todas
las relaciones intraficcionales están conformadas hacia
un principio de negatividad, como el dialogo hacia un eje económico, así
como hasta la actuación no disimula su potencial.
- Se
mezclan los elementos del mundo real objetivo con los del mundo
maravilloso o de la fantasía; hasta el punto llegan a constituir una sola
realidad dentro de la novela.
- No
existe tiempo cronológico definido.
- No
existe barrera física entre la muerte y la vida.
- Los
hombres son criaturas caprichosas, soñadoras y siempre propensas a la
ilusión, capaces de momentos de grandeza pero fundamentalmente débiles y
descarriadas. En cambio las mujeres suelen ser sólidos, constantes,
modelos de orden y estabilidad.
- Existe
una atracción constante y apasionada ente los mismos miembros de la
familia.